Mona, como cada día, salía a hacer su ronda en busca de comida por una zona situada entre los municipios de Montgat y Tiana (Barcelona). La pequeña bomboncito de chocolate correteaba sin parar por las calles, desorientada y huyendo de las personas.
Por suerte, Mona, sin saberlo, contaba con la protección de un grupo de personas voluntarias de las Asociaciones animalistas de Montgat y Tiana. Ellos controlaban sus rutas, le ponían de comer, coordinaban avisos con vecinos y policías y patrullaban a altas horas de la noche. Un excelente trabajo que permitió a Mona encontrar una zona de confort donde podía sobrevivir.
Esta noche, sin embargo, se enfrentaba a una encerrona con la que no contaba: ¡Una jaula con su comida dentro! Al principio no le gustaba la idea, se acercaba y se alejaba y nos hizo esperar 4 horas hasta que el hambre le venció. A media noche Mona ponía fin a sus días de abandono y las chicas de la protectora le brindaban una segunda oportunidad.
Mona entraba en la jaula a media noche, tras 4 horas de guardia y una estupenda coordinación de equipo.
El esfuerzo y la coordinación de tantas personas ha sido la clave para que esta princesita de cholocate tenga una nueva vida, lejos de las calles, con la posibilidad de ser adoptada por una familia que la quiera.